Érase una vez un rey y una reina con principios geométricos muy estrictos. Sus sujetos deben estar formados por líneas rectas y ángulos agudos. Por desgracia, sus propios hijos no siguen la morfología oficial. El primero es flácido, el segundo muy ondulado, el tercero completamente suave y así sucesivamente. Pero finalmente se produce el esperado milagro. Su última hija es una maravilla: una niña isósceles, perfecta en todos los sentidos. La sucesión está asegurada. Pero entonces se enamora de un pretendiente de forma incongruente...
«Marie-Laure Crusch, al frente del estudio creativo Crushiform, y el ilustrador Gazhole son los encargados de reformular el cuento, retomando la tradición y subvirtiéndola. Y lo hacen valiéndose de dos elementos que manejan a diario en su oficio como ilustradores: el color y la forma. Con ayuda de ambos y la fuerte expresividad gráfica de sus composiciones, nos seducen y guían hacia el reino de lo fantástico». Piu Martínez